De cochinos y quesos
Siempre hablando de cabras, hoy vamos a hacerlo de los cochinos.
Hace algunos años, caminando por la cumbre, nos contaron la historia de cómo los cabreros viejos cuidaban los cochinos allá arriba y, sobre todo, los trabajos que llevaban para bajarlos. Hoy nos acordamos de ello al verlo reflejado en varias páginas del maravilloso libro Cáscaras y empleitas, de Antonio Javier González Díaz.
Resulta que en los tiempos de antes se aprovechaba todo, porque no había nada más. Así es que hasta el suero que echaba el queso tenía utilidad y se recogía cuidadosamente. ¿Y cuál podía ser mejor destino que alimentar un cochino? Así es que se mezclaba con sobras o ingredientes inútiles para alimentación humana y tal brebaje iba a parar al dornajo. Y los cochinos contentos, claro.
¿Pero qué sucedía cuando los quesos se hacían en la cumbre? ¿Bajar el suero? Parece que en algunos casos se hacía así, transportándolo en odres de cuero. Pero también era normal hacerlo al revés y subir los cochinos para arriba. Aunque no lo crean, esta era una solución notablemente económica para las personas que pasaban gran parte de sus vidas arriba.
Evidentemente se llevaban lechones, y arriba se metían en goros o se tenían medio sueltos alimentándose con los sueros de los quesos, restos de comida u hozando para hallar raíces de helecho. Así hasta que crecían y llegaba el momento de tener que bajarlos hasta las zonas pobladas.
Si el cochino se podía bajar muerto, no había mayor problema. Se hacía en cuartos, se metían en sacos o en cajas y se llevaban. Pero era tanto o más frecuente bajar los cochinos vivos, a lomos de personas ayudados con diversos artilugios. En la historia que nos contaron a nosotros, por ejemplo, el cochino iba metido detro de una especie de angarillas hechas con un saco y dos palos. El cochino iba acostado panza abajo con las patas por fuera y cuatro hombres llevaban al animal cargando los palos como si fuera una procesión desde la cumbre hasta el caserío de El Pinar.
Así se aprovechaban hasta los sueros de los quesos. Esta también es nuestra historia.