Una raza con carácter
Diversos estudios genéticos sitúan el origen de la cabra de raza palmera en los animales prehispánicos. Los últimos ejemplares de esta cabaña se extinguieron en estado salvaje hace unos 50 años, precisamente en La Palma.
No obstante, la situación estratégica de la isla con respecto a las rutas oceánicas hacia América hace pensar en una posible influencia de las razas del sudoeste de la Península Ibérica. Hasta mediados de los años 80 se consideraba, erróneamente, que las tres razas canarias (majorera, tinerfeña y palmera) eran en realidad una sola. En líneas generales, se trata de un animal perfectamente adaptado a las condiciones climáticas y orográficas de la isla. En todos los casos, podemos hablar de ejemplares rústicos y resistentes.
Exteriormente, su apariencia es muy diversa. Se han llegado a catalogar varias decenas de capas distintas (es decir, tonos de pelo), aunque las más corrientes son las de tonos rojizos. Así, por citar sólo algunas, puede hablarse de cabras bermejas, negras fulas, pejeverdes, moriscas, jardinas, herreras o cardosas. Entre las características más distintivas, citaremos la grupa ancha y redondeada [3], la cornamenta abierta desde su nacimiento [2], la cola redondeada y dirigida hacia arriba (o hacia adelante [7]), las extremidades cortas y con buenos aplomos [5], el tronco de costillares redondos [4], la cabeza triangular [1], la vivacidad de los ojos o las mamas globosas y de piel fina [6].
No podemos concluir este repaso sin señalar la extraordinaria calidad de su leche. De su composición química destacamos sus elevados niveles de alfa-caseína, una proteína láctea de gran importancia en la elaboración de queso. Es, por tanto, una raza que ofrece un gran rendimiento quesero, con la que se elaboran un producto de alta calidad.
Trazado de una cabra palmera
1. Cabeza
2. Cornamenta
3. Grupa
4. Tronco
5. Extremidades
6. Mamas
7. Cola
Raza Palmera
Origen e Historia
Estudios de carácter histórico y genético sitúan el origen de la cabra Palmera en la población prehispánica cuyas últimos ejemplares, salvajes, se extinguieron hace 50 años precisamente en la isla de La Palma. Hasta esas fechas nos era difícil encontrar cruzamientos espontáneos entre cabras silvestres (“Jairas”) y domesticas (“Guaniles”) que, presumiblemente, han influido en el carácter y nivel de jerarquización desarrollados por esta raza.
Por otro lado dado el carácter de paso que la isla de La Palma significó en las rutas veleras hacía América y la conexión histórica que existía con Portugal hay que pensar en una influencia de la razas del sudoeste de la Península Ibérica. Esto se puede observar en rasgos fanerópticos que actualmente existen en la raza palmera y que no se recuerdan ni señalan para las cabras prehispánicas.
Ya en la década de los setenta la raza sufrió la agresión de los animales perteneciente a la población Majorera debido a la errónea política de ese momento de considerar a las tres razas canarias como una sola. Aquellos cruzamientos realizados con facilidad implicaron un trabajo posterior enorme y complicado, aunque afortunadamente con resultados satisfactorios, para eliminar los genes foráneos ya que esos híbridos no se adaptaban a las condiciones de explotación palmeras. (Fuentes: Capote et al, 1992; Capote et al 2002).
CENSO Y DISTRIBUCIÓN GEOGRÁFICA
Aún sin saber el número exacto de cabezas debido a que hasta ahora los censos oficiales siguen el criterio vigente, puede considerarse, teniendo en cuenta opiniones de técnicos y asociaciones profesionales que el censo distribuido por las islas es aproximadamente el siguiente:
- La Palma: 8.000
- Tenerife: 500
CARACTERIZACIÓN DE LA RAZA CAPRINA PALMERA
Informe elaborado por Capote, J.A.